Santa María de Porqueras
La iglesia románica del siglo XII está situada en el municipio de Porqueras, en la comarca del Pla de l'Estany, precisamente muy cerca del lago de Bañolas. Es una obra declarada bien cultural de interés nacional con RI-51-0000570 (03/06/1931) e IPAC 187. Es la iglesia parroquial del pueblo, contrapuesta al antiguo castillo de Porqueras. En un edificio independiente se encuentra la rectoría, al otro lado el cementerio y ante este un esconjuradero o conjuratorio.
Fotos tomadas en junio de 2022 por Carmen Aguilera | ||||
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Descripción:
La iglesia se alza sobre un ligero promontorio, y la construcción actual pertenece al siglo XII. La nave es rectangular de grandes dimensiones y cubierta por una bóveda de cañón sobre arcos torales y ábside semicircular muy alargado. La iluminación proviene de cuatro aperturas de doble vano a ambos lados de la nave y situadas de manera simétrica. La tipología del ábside es muy singular, ya que contiene en su interior tres absidiolas, además de cos capillas laterales de planta rectangular. Todas las absidiolas se abren con arcos aperaltados sobre los que descansan capiteles decorados. Una imposta ornada con palmitos recorre el conjunto del arranque de la bóveda de cuarto de esfera.
Porqueras no ha tenido una población agrupada en derredor de la iglesia. Sólo tiene agrupadas la rectoría y el castillo, convertido hoy en casa (frente a la fachada del templo) que fue habitado por nobles hasta 1251 en que fue comprado por el monasterio de Bañolas.
Las masías de la parroquia están en los límites del río Matamors, y desde 1553 sigue con esos 21 fuegos.
Portada:
A la portada se debe su designación como monumento nacional en 1931. Sobresale un metro del muro y se diferencia así del resto de fachadas de la época. Está limitada en su parte superior por un sencillo rellano que aguantan 13 ménsulas. El hecho de hacer los arcos en degradación da importancia a la iglesia en el ámbito sagrado.
Los cuatro arcos que enmarcan la puerta no son del todo paralelos, ya que mientras el de la puerta es totalmente semicircular, los otros tienen una ligera forma de herradura y un centro más bajo. El arco exterior tiene guardapolvo, seguido por una cinta zigzagueante, mientras que el resto son de arista viva. El arco más interior está decorado con una moldura en forma de escocia que recorre los montantes de la puesta hasta el pavimento.
Se dice que los arcos de Porqueras podrían tener parentesco visigótico o mozárabe, y son desconocidos en la comarca. Posiblemente sean un arcaísmo nostálgico que se utilizó a finales del siglo XII para rememorar formas ya pasadas.
El arco interno de la portada contiene 22 medallones que se encuentran ubicados en las dovelas, aunque dos de ellos sólo tienen esculpida la parte superior, pero llevan un órden de izquierda a derecha: 1. Flor de Canat, 2. Lazo triangular, 3. Conejo pasando, 4. Roseta dorada con cordón, 5. Rosa estilizada, 6. Felino pasando, 7. Busto humano, 8 Felino invertido, 9. Hoja rodeada de un cordón, 10. Santo bendiciendo, 11. Felino con alas, 12. Mantiene la simetría con el santo del medallón 10, 13. Mantiene la simetría con el medallón 9, 14. Busto humano similar al 7, 15. Felino con alas similar al 11, 16. figura estrellada de nueve rayos, 17. Hoja ancha circular, 18. Cruz floronada, 19. Botón rodeado de grecas, 20. Águila o palona, 21 Lazo triangular igual al 2, 22. Flor de Canat igual al 1.
Capiteles:
A ambos lados de la portada se encuentran una pareja de capiteles. En todos ellos se pueden distinguir tres partes: la base cilíndrica, la columna central que se ensancha rápidamente y la superior o ábaco. En los ábacos de los dos capiteles próximos a la puerta se pueden ver una pareja de leones pasantes y opuestos, con la cabeza común y situada en en ángulo del ábaco. Opuestos hay otros animales similares que enlazan su cola con los primeros. Los ábacos más externos están decorados con un friso de hojas de palma de líneas curvas, que continúa horizontalmente en la parte anterior y a los lados de la portada.
Pudiera ser que los capiteles más externos o foráneos fueran más elaborados, pues contienen piñas, volutas muy desarrolladas y un astrágalo de huevos y perlas en alternancia. Los interiores en cambio contienen volutas menos elaboradas, roestas de doce protuberancias y canecillos. De todas formas, y dada su forma se cree que la fachada con los arcos y capiteles fue posterior a la construcción de la nave de la iglesia.
Nave:
El espacio es muy simple, compuesto por una nave de un sólo tramo y un ábside más bajo y ligeramente elevado sobre el pavimento de la nave, separados ambos por el arco triunfal que vincula las dos partes. Alrededor de la nave hay una bancada de piedra que refuerza los muros y ofrece asiento. La nave la iluminan dos ventanales abiertos y estrechos de doble derrame. Los sillares de los muros están bien trabajados y dispuestos en hileras de espesor desigual. Los muros están recorridos por una sencilla cornisa que se religa con los capiteles del arco triunfal.
A la izquierda de la puerta de entrada está la pila bautismal románica sin ningún tipo de escultura. Cerca de la misma se veneran dos imágenes barrocas del Santo Cristo y de la Virgen de los Dolores. Hay imágenes barrocas de varios santos y mártires en número de 3 por lado. Así también en el muro derecho se encuentra un armario que se dispuso en el siglo XVIII para guardar las piezas de plata del culto para prevenir robos y también el archivo parroquial.
Arco triunfal:
Es un arco algo más grande de lo habitual, y separa la nave, destinada al poder fiel y el altar que subralla la sacralidad del presbiterio.
Sobresaliendo del relieve habitual, el arco se sustenta en dos capiteles de grandes proporciones, conteniendo dovelas sencillas decoradas con moldura semicircular que termina a ambos lados sobre los capiteles dentro de la boca de un león. Ambos capiteles son semejantes y contienen unas grandes figuras masculinas que tienen las extremidades inferiores muy pequeñas, posiblemente dando lugar a algún tipo de perspectiva ya que la cabeza es como la tercera parte del cuerpo, y toman con las manos unos haces de hojas que les salen de la boca. Parece ser que sólo es con intención decorativa.
Además la inclinación de la parte troncocónica de los capiteles es más acentuada hacia la nave que hacia el arco triunfal, y puede deberse a una clara intención del artista que buscaba impresionar a los fieles con un efecto de teatralidad. En la parte superior del capitel o ábaco se encuentra el mensaje doctrinal de la escultura románica de Santa María de Porqueras, de difícil lectura debido a la pequeñez de las figuras. Pudiera tratarse de que el escultor que trabajó tanto estas esculturas como las de la entrada perteneciera a la escuela de Ripoll, ya que se encuentran coincidencias tanto con el monasterio de Santa María de Ripoll como con el de San Juan de las Abadesas.
En el capitel derecho la imposta representa la escena del pecado original, en la que se encuentran un ángel con las alas extendidas, un pantócrator en un círculo de forma almendradas y Adán y Eva con el fruto prohibido y una serpiente que se entrelaza con la figura del diablo. En la parte inferior, se ha reducido uno de los grandes personajes fantásticos a tan sólo la cabeza, estando el resto lleno de flora con palmeras, lírios y acantos en vez del cuerpo de la figura. En el ángulo cercano a la pared de la nave hay una paloma con la flor de un olivo que evoca la narración del diluvio universal.
En el capitel izquierdo se distingue a la Virgen con Jesús en las manos con las cabezas rodeadas por nimbos. Están acompañados por figuras humanas en número de 3 a la izquierda y 2 a la derecha con nimbos y libros en las manos, excepto la más próxima al muro que no lleva señal identificativa ni de santidad ni de trabajo. En el fragmento de imposta que queda bajo el arco triunfal se encuentra Jesucristo levantando una mano bendiciendo y sosteniendo con la otra la Ley divina. Los personales que le acompañan son tres por lado y llevan los mismos atributos mencionados más arriba. En la parte inferior del capitel, además de caracolas, se encuentra un personaje pequeño que lleva una serpiente enroscada que le muerde en el cuello, y aún más escondida hay una figura de un animal que podría ser un león.
Presbiterio:
El presbiterio está cerrado por un ábside alargado que contiene tres absidiolas y dos capillas laterales que se encuentran construidas en el espesor del muro. La bóveda se reconstruyó durante la restauración del año 1957 y en ella se encuentra insertada una viga medieval policromada con los símbolos del sol y la luna, que posiblemente sirviera en su momento para sostener un cortinaje que impediría a los fieles la visión del altar (como en las liturgias orientales).
Las absidiolas se abren hacia la nave a través de arcos peraltados, que exceden del semicirculo y están relacionados con los de la portada. Las pilastras y capiteles que separan las absidiolas entre sí fueron reconstruidos en la última restauración.
A la izquierda se encuentra la capilla del Santísimo en la que se veneran las imágenes de Santa Lucía y Santa Eugenia de talla barroca y la Virgen que aunque barroca es más antigua y queda detrás del altar conteniendo una policromía menos elaborada.
El altar es una losa de piedra de Bañolas sostenida por un fragmento de columna romana que se encontró según parece en la misma Porqueras.
Historia:
La iglesia es conocida desde el año 1182 en que un documento cita los límites parroquiales, aunque se cree que data del año 889 una iglesia dedicada a Santa María, precursora de la actual. En el año 906 el monasterio de San Juan de las Abadesas reclamó con éxito la iglesia de Santa María de Porqueras y que la pudo retener hasta el siglo siguiente, si bien consta entre las propiedades del monasterio de Bañolas junto con la iglesia dedicada a San Lorenzo.
El templo, consagrado en el año 1182 por el obispo Ramón Orasull de Gerona se acababa de construir y debía aceptar los diezmos desde el lago de Bañolas hasta Seriñá.
El templo fue afectado gravemente por los terremotos del siglo XV, siendo las obras de consolidación las que impidieron su ruína no modificando su forma. Los verdaderos cambios de importancia vinieron en la segunda mitad del siglo XVIII en que se derrumba el campanario de espadaña que coronaba la fachada para construir una torre, ganando en altura y perdiendo en estilo. Poco después de alzó un retablo barroco que se quemó en la Guerra civil.
A partir de 1940 los trabajos de limpieza descubrieron que el muro del fondo del presbiterio era un tabique postizo, y así se restituyó el edificio a su primitivo estado. Los trabajos se llevaron a cabo por parte del Servicio de Defensa del Patrimonio Artístico Nacional entre 1957 y 1960. Todo el edificio se consolidó con inyecciones subterráneas de hormigón ligadas con hierro.
El 26 de agosto de 1971 fue robada una talla policromada de finales del siglo XVI o principios del XVII.
Enlaces:
Participación La Vanguardia (artículo)
Santa Maria de Porqueres (enlace del Ayuntamiento en catalán)
Bibliografia:
Cid Priego, Carlos; La iglesia de Santa María de Porqueras. Trabajo en raco.cat
Tomás Frigola, Restauración de Santa María de Porqueras. Artículo de la Revista de Girona.
Ubicación:
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